viernes, 8 de octubre de 2010

CAVILACIONES

CAVILACIONES-

el humo del cigarro aligera la cer-

teza de saberse cavilando. Boca roja y

delineada, cerezas marchitas a falta de

humedad. Mechones de color que evitan con-

vertirse en inquilinos de una taza de cafe. Sus

uñas largas y pintadas golpean incesantes una

mesa de madera. Sus ojos negros perciguen a

una chica que pasa frente a ella y se esfuma al

final de una calle solitaria. Los mismos ojos

parados dejan ir el brillo que por un instan-

te delata la nesecidad de amar. La mano de

aquel sentado junto a ella la acompaña

hurga en su cuerpo acariciándole un pezón

mientras le dice friamente y en susurro:ima

gina que soy ella.

y entonces se deja llevar por aquel que la

aconseja y flota entre la hiel de una imagi-

nación frustrada, aspira por ratos el calido

aroma de un falso cuerpo femenino. Roza

los labios simples y sin sangre de aquel hombre

en junto de pelo alborotado y rostro palido que

viste ropa sucia de tres dias. mientra le rega-

tea besos insipidos, él desvia la mirada para

contemplar la existencia de aquel que cruza

el lugar donde se encuentran. Siente una ma-

no que acaricia su entre pierna. No dice nada

y solo observa como ella en forma cinsera y

comprensible, se acerca a su oido para pedir-

le: imagina que soy él.